Me llamó la
atención como estaba decorado el interior de este restaurante. Para
muchos quizá hortero, pero a la vez tenía un cierto encanto. Apenas
las 17.30h… el local vacío y yo la primera comensal. El
cocinero tenía que hacer su trabajo, y aproveché el tiempo de
espera para plasmar en el papel lo que mi retina visualizaba. ¡He
aquí el resultado!
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