Un lienzo
impoluto delante de mi, que se me hacía de importante tamaño. Necesité valor
para atreverme a manchar su blancura, sin previo dibujo. Directamente colores
acrílicos pincelados con el movimiento de mi mano, tan insegura como decidida,
sin saber que recibiría mi premio particular: orgullo por la osadía, sopresa y
satisfacción por el resultado.
Pocos
acrílicos en mi haber, pues para ellos me veo obligada a utilizar espacios
ajenos… hasta que pueda tener mi propio atelier… un anhelo… un suspiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario